Soy un convencido de que a cada colombiano y colombiana debe garantizársele el derecho a decidir sobre su propia existencia. Por eso, he dado un fuerte debate para que en Colombia se apruebe la regulación para el uso adulto del cannabis, el derecho a morir dignamente mediante la eutanasia, la posibilidad de que las mujeres decidan si tienen a sus hijos e hijas en casa y la eliminación de causales que no permiten que el divorcio sea libre.