El viche y la lucha de las comunidades del Pacífico para protegerlo

Se presentó en el Congreso un proyecto de ley que busca reconocer, impulsar y proteger el viche/biche y sus derivados. Organizaciones como Destila Patrimonio luchan para salvaguardar esta bebida ancestral.

Las comunidades del Pacífico quieren proteger el viche o biche, una bebida ancestral que está presente en los espacios colectivos de organización social, pero que también juega un papel importante desde el nacimiento, en la partería, en el cuidado de la mujer y en el posparto; hasta la muerte, en el proceso de las honras fúnebres, durante el velorio y las alegorías.

Dentro de la medicina ancestral, se usa, entre otras cosas, para curar las picaduras de serpiente, así lo cuenta Dimas Orejuela, líder de la Asociación de Productores y Transformadores del Viche del Pacífico Colombiano (ASOPTVIPCOL) y miembro del Colectivo Destila Patrimonio. El nombre de la bebida proviene de las lenguas Bantúes del oriente-centro africano, significa verde o crudo.

Para proteger el viche están adelantando varias iniciativas, incluido un proyecto de ley que ya está en el Congreso. Juan Fernando Reyes Kuri, el representante a la Cámara que presentó el proyecto, le explicó a este diario que cuenta con un componente cultural, pues reconoce el viche (y sus derivados) como bebidas tradicionales ancestrales y como patrimonio colectivo de las comunidades negras del Pacífico; pero también busca impulsar y proteger la propiedad intelectual y producción de esta bebida. Entre otras cosas, la iniciativa involucra al Ministerio del Interior, Comercio, Trabajo y Agricultura quienes deben diseñar e implementar un programa de fomento a la producción artesanal y comercialización. El Gobierno, con el apoyo del SENA y el Ministerio de Educación, debe consolidar programas de formación.

Con la iniciativa se crea la Mesa Técnica de Vicheros/Bicheros conformada por cinco productores, representantes de los ministerios, la Defensoría del Pueblo y el Invima, esta dará recomendaciones para el marco regulatorio especial de requisitos básicos de cumplimiento para la producción artesanal, comercialización y exportación y para la creación del Consejo Regulador del Viche del Pacífico Colombiano. Este último es una instancia privada constituida por los productores que, entre otras cosas, garantizará los criterios de origen étnico y territorial del viche.

Por su parte, la Superintendencia de Industria y Comercio protegerá la propiedad intelectual, industrial y comercial. El Invima deberá crear el registro, permiso y notificación sanitaria para la producción de esta bebida, preservando las prácticas ancestrales, para esto se creará la categoría AA, artesanal étnica. La Congresista Catalina Ortiz, explica que las comunidades afro tendrán la potestad de producción del viche, pues dentro de las estrategias legales quieren “otorgarle el monopolio de la producción de estas bebidas a las comunidades palenqueras y raizales, pues además de su gran importancia cultural es una oportunidad económica para las familias”.

En esto coincide Reyes, para él su proyecto implica “una reivindicación de los saberes ancestrales de las comunidades y una oportunidad económica para quienes lo fabrican, principalmente mujeres que viven en zonas rurales afectadas por el conflicto”. El proyecto está en la Comisión Tercera de la Cámara y 23 congresistas del Pacífico le dieron su firma. Ya se realizó la audiencia pública en la que participaron líderes y entidades como Destila Patrimonio, ahora debe pasar los cuatro debates para ser aprobado.

Destila Patrimonio es una organización que congrega a todos los actores de la cadena de valor del viche del Pacífico, de los cuatro departamentos: Valle del Cauca, Cauca, Nariño y Chocó. Milady Yineth Garcés Arboleda es cofundadora del colectivo y coordinadora del Plan Especial de Salvaguarda del viche del Pacífico, ella cuenta que en 2018 la bebida fue registrada por un particular, lo que significaba una vulneración a los derechos de las comunidades. Por eso decidieron organizarse y emprender un proceso para incidir en política pública, ya lograron la creación de una ordenanza por parte de la Gobernación del Valle del Cauca que reconoce al viche como una bebida tradicional de especial valor cultural para el departamento.

“Además, logramos incidir, a través de una demanda ante la Corte Constitucional, en la ley 1816 en su artículo 7 que ya reconoce los destilados étnicos, no sólo de las comunidades indígenas, sino también de las comunidades negras”, afirmó Garcés. Actualmente, están trabajando para que el viche se convierta en patrimonio, ya han hecho tres cumbres vicheras, un encuentro internacional de bebidas ancestrales y patrimoniales del Pacífico. La cofundadora cuenta que el Consejo Nacional de Patrimonio aceptó la propuesta el 29 de septiembre de 2019, desde ahí vienen generando espacios para la construcción del documento final que será presentado e incluido en la lista nacional de patrimonio inmaterial de la nación.

“Esperamos entregarle al país el próximo año el documento de patrimonio del viche del Pacífico”, señala. Hace un mes el Ministerio de Cultura activó 100 millones de pesos para adelantar este proceso, sin embargo, siguen buscando financiación para poder recorrer los territorios. Destila Patrimonio es el articulador de esta lucha y ha resaltado la importancia de tener un proyecto de ley. “Estas iniciativas dignifican la vida de las ruralidades porque reconocen el saber ancestral, pero también les aportan ingresos. Mi madre, por ejemplo, a través del viche, pudo adquirir recursos para llevarme a estudiar”, dice Garcés.

Por su parte, el líder de la Asociación de Productores y Transformadores del Viche del Pacífico Colombiano dice que es difícil calcular cuántas familias viven de esta práctica, pero estima que está entre el 10% y 15% de las comunidades que habitan las cuencas de los ríos de los cuatro departamentos. El principal foco de comercialización es el Festival Petronio Álvarez, pero su consumo se está extendiendo por fuera de los festivales a lugares como Cali, Buenaventura, Bogotá y Medellín. Respecto a esto, el Representante a la Cámara dice que, por poner un ejemplo, el impacto económico en 2018 del Petronio fue de más de 50 mil millones y supuso la creación de 1.739 puestos de trabajo. “Si esto se ha logrado sin regulación, la ley impulsará aún más las prácticas ancestrales de las comunidades negras, no solo en el Valle del Cauca sino en todo el Pacífico”, dice.

Los líderes de las comunidades esperan que el viche entre al mercado de los licores “por la puerta grande”, pero también quieren que su bebida ancestral, que tiene un valor cultural incalculable, se proteja y reconozca. Garcés explica que por mucho tiempo esta bebida fue perseguida, ahora se debe salvaguardar.

Publicado en El Espectador

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